Futuros (Contratos): Una visión completa sobre su funcionamiento y oportunidades de inversión

Los futuros son instrumentos financieros ampliamente utilizados en los mercados para especular sobre el precio futuro de un activo subyacente, como materias primas, índices bursátiles, divisas, entre otros. En este artículo, exploraremos qué son los futuros, su historia, las formas de invertir en ellos, cómo funcionan los futuros de materias primas y energías, y a quién se recomienda invertir en futuros.

¿Qué son los futuros?

Los futuros son contratos estandarizados que obligan a las partes involucradas a comprar o vender un activo subyacente en una fecha futura y a un precio acordado previamente. Estos contratos se negocian en mercados organizados y ofrecen la oportunidad de especular sobre el movimiento de los precios de los activos sin poseerlos físicamente.

 

Breve historia de los futuros

Los primeros contratos de futuros surgieron en Japón en el siglo XVII, utilizados para negociar arroz. Sin embargo, el mercado de futuros tal como lo conocemos hoy en día se desarrolló principalmente en Estados Unidos en el siglo XIX, con la creación de la Chicago Board of Trade (CBOT) en 1848. Desde entonces, los futuros se han expandido a nivel global y abarcan una amplia variedad de activos.

 

Formas de invertir en futuros

Existen diferentes formas de invertir en futuros. Los inversionistas pueden operar directamente en los mercados de futuros a través de intermediarios autorizados, como brokers especializados u optar fondos de inversión o  ETFs



Cómo funcionan los futuros

Como lo mencionamos anteriormente los futuros funcionan mediante un contrato estándar que especifica un activo subyacente,  la fecha de vencimiento, la cantidad del activo negociada (Kg, bultos, lotes, etc)  negociada y el precio acordado. En el caso de los futuros, el comprador se compromete a adquirir el activo subyacente en una fecha futura, mientras que el vendedor se compromete a venderlo al precio estipulado en el contrato. 



Ejemplo

Imaginemos a un empresario agrícola que cultiva trigo. Para protegerse de la volatilidad de los precios del trigo, decide utilizar los futuros de trigo para asegurar un precio de venta favorable. Esto le permitiría bloquear un precio garantizado y protegerse contra una posible caída en el precio del trigo antes de la cosecha.

 

Supongamos que el empresario establece un contrato de futuros para vender 1,000 bushels de trigo a $10 por bushel. A medida que se acerca la fecha de vencimiento, si el precio del trigo ha caído a $8 por bushel, el empresario aún puede vender sus 1,000 bushels de trigo a $10 por bushel según el contrato de futuros. De esta manera, el empresario ha evitado sufrir pérdidas debido a la disminución del precio del trigo en el mercado.

 

En cambio, si el precio del trigo ha subido a $12 por bushel, el empresario todavía debe vender sus 1,000 bushels de trigo a $10 por bushel según el contrato de futuros. En este caso, el empresario no obtendría el beneficio adicional de la subida de precios, pero estaría protegido contra cualquier caída en el precio.



¿Para quién es recomendable invertir en futuros?

La inversión en futuros está destinada a inversores con cierto grado de experiencia y tolerancia al riesgo. Los futuros pueden ofrecer oportunidades de ganancias significativas, pero también conllevan riesgos considerables. Se recomienda a inversores sofisticados y bien informados que comprendan los fundamentos del mercado y que estén dispuestos a realizar un seguimiento constante de las posiciones y a implementar estrategias de gestión de riesgos adecuadas.

Conclusión

Los futuros son instrumentos financieros utilizados para especular sobre el precio futuro de activos subyacentes. Proporcionan a los inversionistas la capacidad de diversificar sus carteras, aprovechar las fluctuaciones de precios y gestionar el riesgo. Sin embargo, es importante comprender los riesgos asociados con los futuros y tener la experiencia necesaria para operar en este mercado. Antes de invertir en futuros, se recomienda adquirir conocimientos sólidos, buscar asesoramiento profesional y tener una estrategia clara en mente.